Paseando por los barrios antiguos de Madrid y otras grandes capitales, seguramente has visto placas en edificios que dicen «Asegurada de Incendios». Estas placas, aunque hoy son meros vestigios históricos, tienen una historia fascinante.
Todo comenzó en 1822 con la creación de la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas de Madrid, inspirada por «The Fire Office» de Londres, fundada tras el gran incendio de 1666. Estas placas indicaban que los edificios estaban asegurados contra incendios, lo que además incrementaba su valor.
Hechas de materiales como hierro, estaño y cobre, estas placas no solo eran resistentes al fuego, sino que también servían como reclamo publicitario. Con el tiempo, cada ayuntamiento empezó a tener su propio equipo de bomberos y los equipos de extinción de las aseguradoras empezaron a desaparecer poco a poco porque ya no había necesidad y dejaron de colocarse nuevas placas. Sin embargo, muchas aún adornan las fachadas como un recordatorio del pasado y de la evolución de los seguros y los bomberos en España.